El aire cálido de una habitación es absorbido por bobinas
que contienen unos componentes llamados refrigerantes, que cambian de su estado
líquido original a gaseoso.

Esta “fase de transición” a un estado gaseoso absorbe el
calor y enfría el aire.
El refrigerante pasa entonces a un compresor para volver a
convertirse en líquido antes de completar su ciclo de regreso a las bobinas
enfriadoras.
Un ventilador afuera absorbe tanto el calor de la habitación
como el emanado por el compresor.
Fuente: informe21
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